jueves, 2 de julio de 2009

Dios en las Calles de Nueva York

Cuando la lucha es a brazo partido, para que vivamos nuestra dentro de nuestras casas, dentro de nuestras parroquias, sin dar testimonio público, nuestra voz debe ser unánime, somos ciudadanos de primera, como todos los demás.

Estamos llamados a proponer a nuestro Señor, desde todos los ámbitos, también en la calle, sin tener miedo, ni vergüenza de lo que somos, en los momentos de flaqueza contamos con EL, y con el poder de la oración, pidamos que el Espíritu Santo, nos ilumine y nos de las fuerzas necesarias, porque estamos llamados a transformar nuestras vidas, a vivir con coherencia los que decimos y a salir al encuentro con los demás.

Además los hacemos sabiendo, que nuestra misión es ser sembradores de esperanza, y que los frutos los recogerá EL, cuando quiera y como quiera.

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